Gaizka Mendieta cuelga las botas. El «murciélago del escudo del Valencia», como le definió el ex presidente el club de Mestalla Pedro Cortés, se retirará esta temporada a los 33 años de edad. J. M. Bort, Valencia
El Middlesbrough, equipo inglés al que llegó en 2003, no le renovará el contrato, que vence el próximo mes de junio, después de que el entrenador del «Boro» , Gareth Southgate, anunciara el pasado mes de noviembre que el futbolista vasco no entraba en sus planes.
Gráficamente, la trayectoria de Mendieta está marcada por por el pico que alcanzó en sus últimos años con el Valencia, con el que conquistó una Copa del Rey -su espectacular gol en aquella final ante el Atlético de Madrid dio la vuelta al mundo- y disputó dos finales de la Liga de Campeones. El Valencia lo había descubierto en 1991 en el Castellón, donde comenzó a destacar como organizador. Pese a ello, sus primeros años en el Valencia fueron confusos: jugó sin éxito como lateral derecho. Reconvertido definitivamente a centrocampista por Héctor Cúper, el jugador vasco se convirtió en el emblema de un Valencia que se paseaba por Europa. Su clase como interior derecho y su capacidad goleadora -anotó 40 tantos en sus nueve temporadas en Mestalla- le convirtieron en uno de los futbolistas más cotizados de Europa. El Real Madrid se encaprichó en él y su entonces presidente, Florentino Pérez, ofreció 24 millones de euros por su traspaso más tres jugadores -Tote, Savio y Michel Salgado-. Con el reciente recuerdo del sangrante traspaso de Mijatovic al club del Bernabeu, Pedro Cortés blindó al futbolista... hasta que apareció una millonaria oferta del Lazio. El club romano pagó por él 8.000 millones de las antiguas pesetas (48 millones de euros), lo que ha unido a problemas personales terminó por cerrar su fichaje en 2001.
Pero el salto al fútbol italiano fue de Mendieta fue calamitoso, igual que lo sería el de otros miembros de aquél Valencia como Farinós, Kily González o el Piojo López. El Barcelona le dio una maravillosa oportunidad de resurgir tras su falta de adaptación en el Lazio y obtuvo su cesión en la campaña 2002-03, en la que rindió a buen nivel. La crisis del conjunto catalán, sin embargo, no le permitió destacar. Definitivamente, la suerte ya no estaba de su lado. Al final de esa campaña, Mendieta recibió una interesante oferta del fútbol inglés con la llamada del Middlesbrough que no rechazó.
La aventura británica de Mendieta ha estado, como su carrera, repleta de altibajos. El último fue una grave lesión que le dejó sin jugar la pasada temporada. Castigado por las lesiones y desprovisto de su inconfundible melena rubia desde hace años, el futbolista vasco llega al final de una carrera marcada, sin duda, por su excelente aportación en el ilustre Valencia de finales de los 90.
El Middlesbrough, equipo inglés al que llegó en 2003, no le renovará el contrato, que vence el próximo mes de junio, después de que el entrenador del «Boro» , Gareth Southgate, anunciara el pasado mes de noviembre que el futbolista vasco no entraba en sus planes.
Gráficamente, la trayectoria de Mendieta está marcada por por el pico que alcanzó en sus últimos años con el Valencia, con el que conquistó una Copa del Rey -su espectacular gol en aquella final ante el Atlético de Madrid dio la vuelta al mundo- y disputó dos finales de la Liga de Campeones. El Valencia lo había descubierto en 1991 en el Castellón, donde comenzó a destacar como organizador. Pese a ello, sus primeros años en el Valencia fueron confusos: jugó sin éxito como lateral derecho. Reconvertido definitivamente a centrocampista por Héctor Cúper, el jugador vasco se convirtió en el emblema de un Valencia que se paseaba por Europa. Su clase como interior derecho y su capacidad goleadora -anotó 40 tantos en sus nueve temporadas en Mestalla- le convirtieron en uno de los futbolistas más cotizados de Europa. El Real Madrid se encaprichó en él y su entonces presidente, Florentino Pérez, ofreció 24 millones de euros por su traspaso más tres jugadores -Tote, Savio y Michel Salgado-. Con el reciente recuerdo del sangrante traspaso de Mijatovic al club del Bernabeu, Pedro Cortés blindó al futbolista... hasta que apareció una millonaria oferta del Lazio. El club romano pagó por él 8.000 millones de las antiguas pesetas (48 millones de euros), lo que ha unido a problemas personales terminó por cerrar su fichaje en 2001.
Pero el salto al fútbol italiano fue de Mendieta fue calamitoso, igual que lo sería el de otros miembros de aquél Valencia como Farinós, Kily González o el Piojo López. El Barcelona le dio una maravillosa oportunidad de resurgir tras su falta de adaptación en el Lazio y obtuvo su cesión en la campaña 2002-03, en la que rindió a buen nivel. La crisis del conjunto catalán, sin embargo, no le permitió destacar. Definitivamente, la suerte ya no estaba de su lado. Al final de esa campaña, Mendieta recibió una interesante oferta del fútbol inglés con la llamada del Middlesbrough que no rechazó.
La aventura británica de Mendieta ha estado, como su carrera, repleta de altibajos. El último fue una grave lesión que le dejó sin jugar la pasada temporada. Castigado por las lesiones y desprovisto de su inconfundible melena rubia desde hace años, el futbolista vasco llega al final de una carrera marcada, sin duda, por su excelente aportación en el ilustre Valencia de finales de los 90.
Ahora deja el futbol uno de los mejores centrocampistas de su generación
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